Un sencillo regalo para mi amiga Gaëlle, a quien me ha unido el lenguaje privado y sensible de la literatura humilde y soñadora.
El aire de los recuerdos
inspiras en la mañana,
entrecerrando los ojos,
y alejas de tu garganta
cada lágrima y suspiro
que la noche malograda
sembró con su propio llanto
debajo de tus pestañas,
velando tus soledades
y compartiendo tu almohada.
Noche apacible y serena,
noche amiga de nostalgias,
guardiana de los secretos
que no le contaré al alba,
inspiradora de historias
trenzadas con mis palabras,
en tus brazos apacibles
me convierto en artesana
y trazo un puente forjado
con el pesar de mi alma.
Al descubrir ese puente
empedrado de añoranza
supe que debía cruzarlo
si en el otro lado estabas,
y al unir nuestras orillas
lo adoquinamos de cartas,
emotivas y otoñales,
sinceras y delicadas,
donde nacerán geranios
de calmadas flores blancas
A mi querida Gaëlle, artesana que sabes trenzar sensibilidad y palabras, con todo mi cariño.
Juan, 9 de marzo de 2013
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