Han declarado el estado de emergencia
por la llegada del huracán,
y lo supe por la prensa,
la que nunca leo, la que miente verdades,
la que sueño en cinemascope
la que muerde a tres columnas.
El transporte público se ha suspendido
los trenes giran en espiral,
florecen autobuses de pistilos granates,
no hay taxis deprimidos, ni vagones celosos,
el asfalto retumba melancolías
entre las avenidas del descrédito humano.
Lo supe por la prensa, callada, fría,
la ciudad tiene abiertos setenta y dos refugios
y yo quiero ser el tuyo, hermético,
y tú eres el correveidile de las nubes,
negadora de los alientos que se presumen,
espejismo de lápidas ambulantes,
El ejército también se ha movilizado,
subastan amapolas envenenadas,
y tú me niegas cobijo,
y yo anhelo el batir de tus pestañas,
¿Cuándo llegas? ¿Dónde voy a buscarte?
Por la prensa me enteré del huracán,
y cierran los colegios públicos de Nueva York.
Juan, octubre 2012
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