"Con los pensamientos todo cuidado es poco, algunos se nos presentan con un aire de inocencia hipócrita y luego, pero ya demasiado tarde, manifiestan lo malvados que son." José Saramago

Vistas de página en total

viernes, 19 de octubre de 2012

BENDITA NEREA


Mateo cargaba con su vida desde hacía un par de años. Digo que cargaba porque no la vivía, no la transitaba. Al contrario, la vida se había posado sobre sus hombros como un águila y le picoteaba con dureza a cada segundo.
El trabajo corroía la semana, sin tiempo para respirar, abrazar, saborear. La lucha de Mateo era robarle al reloj unos instantes, pero ese tiempo sisado tan solo servía para llenarlo con más quehaceres laborales, con más trabajo. Así, en ese marco agónico, llegó a su vida Nerea. Su aspecto frágil, su infinito sosiego, sus largos silencios, concedieron a Mateo el regalo de ese tiempo que tanto necesitaba.
Nerea, con su cabello castaño, tímida y dotada de una belleza casi medieval, nunca llegó a ser consciente de cuántos minutos hechos horas otorgó a Mateo, cual hechicera manipulando el paso del tiempo. Jamás imaginó Nerea que su mera presencia habría de significar un obsequio tan generoso para quien compartía su vida, e hizo de esa vida un eterno paseo.
Pero las historias hermosas tienden a ser efímeras y, un día, inesperado y fatídico, aquel guardia civil detuvo el coche de Mateo en el arcén.
Adiós, Nerea, tu abnegada compañía me ha bendecido con un exquisito tiempo, minutos y horas ganadas a la vida circulando por el carril bus-vao, junto a ti.
Nunca podré olvidarte. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario