Prometiste una vez no buscarme,
con voz clara como el agua,
pero ayer, hojeando el tiempo,
descubrí tu mentira salvaje y voraz.
Quisiera olvidarte en los amaneceres,
recordarte en el vacío,
y buscarte por los campos,
por entre las hogueras en flor,
desertar de tu belleza tenebrosa,
despeinar tus hebras de luna.
Tus páginas me arrancaron el aplomo
sin destreza ni premura,
y lloro ante ti arroyos de pesar,
prisionero de las suculentas nubes.
Mi sincera farsante embravecida,
serena fuente de esperanza,
como una brisa tu voz noctámbula,
como un trueno en la alcoba de la verdad,
permite que mis ramas te abracen
bajo la suave luz callada y descreída.
Juan, octubre de 2012
Una maravilla
ResponderEliminarjuan soy pili
ResponderEliminares muy bonito
repito lo de montse UNA MARAVILLA