Hace doscientos años, y no lo digo en plan aproximado, redondeando, sino que hace doscientos años exactamente, los españoles de entonces tenían como soberano a un francés, elegido rey de España por orden de su "hermano de zumosol", a quien se bautizó monárquicamente como José I, aunque popularmente fue conocido, y lo sigue siendo, como "Pepe Botella". Impuesto fue, el tal Botella.
Desde hace poca...s horas, y no lo digo exactamente porque lo desconozco, los madrileños tenemos una regidora elegida por obra y gracia de otros concejales, y no por los madrileños, que fue bautizada con agua bendita al darle el nombre de la madre de la madre de Dios, o sea, de la abuela de Dios, para abreviar, pero que lo de Botella ya lo traía en su libro de familia. Impuesta ha sido, la tal Botella.
Y nos serán impuestos los impuestos necesarios para reducir la deuda de nuestro ayuntamiento, a costa de nuestras propias deudas, que esas, ya lo dice la economía liberal, cada palo que aguante su vela.
Por cierto, la tal Botella alcaldesa comparte sacramento con un amante de otras botellas, y no es maledicencia, que lo dijo él mismo cuando quiso desprestigiar a la DGT defendiendo el derecho de los conductores a decidir cuántas botellas de vino podían beber antes de ponerse al volante. Amén de otras estupideces dignas de tan reputado cafre, como empecinarse en meternos en una guerra ilegal cuyas secuelas aún sufrimos.
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