"Con los pensamientos todo cuidado es poco, algunos se nos presentan con un aire de inocencia hipócrita y luego, pero ya demasiado tarde, manifiestan lo malvados que son." José Saramago

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jueves, 24 de marzo de 2011

MI MARZO



Naciste al alba de marzo,
antes del amanecer.
¡Qué temblorosa tu piel,
qué vivo y hondo tu llanto!

Arrecidito de frío
te acurrucaste en mis brazos,
al aire dabas zarpazos,
manoteando el vacío.

Sentí tu cuerpo tan breve,
diminuto y desvalido,
y acompasé mis latidos
a los de tu pulso leve

y te robé una mirada
que me colmó de ilusión,
un pellizco al corazón,
una caricia en el alma.

Aun tan frágil y pequeño
gobernaste sin clemencia
nuestro ser, nuestra existencia,
nuestra vida y nuestro sueño.

Es tu risa desbocada
un manantial de alegría
que acrecienta cada día
la riqueza de esta casa.

Son tus lágrimas la pena
que araña mis sentimientos,
cada una es un lamento
derribando mi firmeza.

Creces sin pedir permiso,
de la noche a la mañana
se va encogiendo tu cama
y extendiendo tu camino.

Vistes la piel de tu madre
que al simple roce del sol
engrandece su fulgor
y se tiñe de elegante.

De ella ganaste sus ojos,
soñadores y exigentes,
más tímidos que prudentes,
inseguros y curiosos.

Aprendo de tu bondad,
admiro tu fortaleza,
tu honestidad y tu nobleza,
son un remanso de paz.

Tu futuro es el desvelo
más gozoso de mi vida,
y en palabras no podría
decirte cuánto te quiero.




Para mi hijo Iván, reflejo de mi niñez
Juan Moyano, diciembre de 2010

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