La fortuna de la vida
hay a quien llena su cuenta,
le libra de la tormenta
o le evita la caída.
A nosotros nos ofrece
amistad tan deliciosa,
tan divertida y valiosa
que a cada minuto crece.
Ella es la flor más hermosa,
en su nombre y en su alma,
fresco torrente de calma
riega de amor generosa
nuestro árido camino
aportando su cordura,
fuente alegre de ternura,
suave voz de alegre trino.
Él es sabio de la vida,
conocedor de la gente,
observador y prudente
morena piel da cabida
a la persona más noble,
el de la mejor calaña,
rebosa inventiva y maña,
fuerte y sano como un roble
De ambos germinó un tesoro
con nombre de amanecer
que insiste en embellecer
y más valiosa que el oro,
su sonrisa nos seduce,
un manantial de bondad
ausente de vanidad,
voz de ángel y ojos dulces.
Y este siglo vio nacer
una flor de oscuros rizos,
princesa del paraíso
cuyo nombre fue a tener,
con mirada limpia y viva
corre y salta incansable,
resplandor tierno y amable,
su belleza nos cautiva.
Juan, a sus mejores amigos. Julio de 2008
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